viernes, 28 de septiembre de 2007

La amenaza de Irán


Hace tiempo ya que la antigua Persia abandonó su ideal de progreso y democracia amparado en el gobierno de Shah y lo reemplazó por un totalitarismo islámico que suprime libertades y avances socio-políticos convirtiéndose así en el "enfermo mundial" que fue el antiguo imperio otomano en tiempos pasados.

No entraré en consideraciones o análisis respecto al desastre de su propia guerra civil y su sistema político, que como cualquier régimen islámico adolece por su extremismo, no. sólo advertiré con los hechos la realidad que día a día amenaza nuestra bella civilización occidental con sus insultos, mofas y agresiones, con sus vergonzantes actuaciones y sus desfachatadas, hasta el punto de humillar la sociedad europea y por ende la española en el concierto de las naciones...

¿Es que acaso nosotros tenemos que aguantar estos insultos?¡Nosotros, que les trajimos la civilización que ellos rechazaron!¡Nosotros, gracias a los que tuvieron escuelas, hospitales, fabricas!¡Los que regalamos la paz en sus bárbaras tierras!Y esos bárbaros, porque es innegable que son brutos amorales, incultos, terroristas, zafios e ignorantes nos critican, noscubren de calumnias e ignominias y elevan por los aires banderas europeas ardiendo, entre ellas la patria, queman nuestros símbolos, asaltan nuestras embajadas y atacan a nuestros ciudadanosy repito; ¿tenemos que aguantarnos de brazos cruzados?

El presidente de la república de Irán, señor Ahmadineyad, telefonea a la cancillería alemana diciendo a la canciller Merkel: -"Tiene ustedes que acabar lo que empezaron en Alemania en el 34, exterminen al resto de los judíos del mundo!"- solo una muestra de su desvergüenza, como el congreso que organizaron para negar el holocausto en Teheran...

¡Sugieren los iraníes la guerra santa, enarbolando sus dibujos y retratos de sus ayatolás, salmodiando furias y venganzas ilegítimas, ignorando que el pueblo al que ellos piden exterminar, la cultura que ellos demonizan, es la que les dio la imprenta para imprimir su Corán, la que les permitió tener una economía, una industria, luz eléctrica, un sistema sanitario!

Y hasta en los partidos de fútbol los iraníes se burlan de los alemanes haciendo el saludo a la romana cuando suena la "Deutschlandlied", escupen sobre las enseñas británicas y agreden a los portadores de banderas y bufandas con los coleres españoles, italianos, franceses...

Esos agravios, por si solos, nos enervan y nos hastían, pero nosotros, aguantamos píos y respetuosos. ¡no nos sublevamos, no actuamos contra esa amenaza! y eso es lo que debemos combatir, con nuestra voz, con nuestra voluntad; ¡debemos imponer nuestra libertad, nuestro orgullo!¡Porque estamos orgullosos de ser europeos, de ser los preconizadores de la tradición, de la civilización, de la libertad y de la cultura!

El pasado domingo, Francia se irguió contra los abusos de esa dictadura islámica. declaró abiertamente su determinación a iniciar una guerra contra Irán si la situación lo exigiese. y fue un momento glorioso, porque de nuevo nos alzamos para defender nuestra civilización, nuestra cultura y nuestro alma!

Tenemos que protestar, que hacer notar la Cruz cristiana sobre oriente!

Hacerles saber que Europa no tolerará más desmanes.

Y así, nos haremos respetar y mantendremos la amenaza iraní a raya de nuestra tierra.



Pablo R. y Giménez de Tesada

jueves, 27 de septiembre de 2007

El meritorio trabajo de los párrocos de aldea en favor del patrimonio


Una obra del barroco tardío

Restauran el retablo de La Virgen de la Leche de la Parroquia de Riofrío

La financiación correrá a cargo de la Xunta y de la Parroquia

La Parroquia de San Miguel de Riofrío (Mondariz, Pontevedra) continúa su empeño en favor de la conservación y restauración del patrimonio de arte sacro del templo parroquial.

El pasado 12 de Octubre de 2006, se inauguraba la restauración del retablo mayor de la iglesia, dedicado a San Miguel Arcángel. En estos momentos, la Parroquia ha emprendido las obras de restauración del retablo de La Virgen de la Leche.

El retablo constituye un valioso, y poco frecuente, ejemplo del barroco tardío gallego (siglo XVIII). La imagen central, de piedra, de La Virgen de la Leche, es de estilo gótico (del siglo XV o XVI), repintada posteriormente.

El motivo del retablo es la Adoración de los Magos o Epifanía. Destaca, en el cuerpo superior, una tabla con un delicado relieve de la Presentación de Jesús en el Templo.

Toda la obra escultórica es de excelente calidad. No así la pintura. El estado de conservación del conjunto es pésimo, debido al ataque de la carcoma y de las termitas.

La intervención de restauración, que lleva a cabo Ana Rodríguez Hermida, de Santiago de Compostela, consiste en la limpieza superficial de la obra, la desinsectación de la misma, la reintegración matérica y pictótica y un barniz a modo de retoque final.

La Xunta de Galicia, mediante la Dirección Xeral de Patrimonio, y la misma Parroquia de San Miguel de Riofrío, harán frente a los gastos de este trabajo.

Guillermo Juan Morado.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mella y las autonomías


El 25 de abril de 1919 pronunció Vázquez de Mella un discurso en el Círculo Tradicionalista de Bilbao (Obras Completas, tomo 26, pág. 292) cuyo carácter profético es ahora cuando podemos comprobar y experimentar.


Sufría entonces España un centralismo administrativo y un uniformismo político de carácter jacobino heredado de la Revolución Francesa que en palabras de Mella «acabó con las libertades municipales, con los gremios, las Corporaciones, toda la antigua organización, reuniendo el poder en un solo punto y creando el absolutismo más tiránico, ya que éste no existe sólo cuando lo ejerce un monarca, sino cuando lo impone un grupo que tiene en sus manos las Cámaras que él mismo ha creado». Provincias iguales, municipios uniformes: todo dependiente de los Gobernadores Civiles representantes del Ministro de la Gobernación. Sólo se salvaron, en pequeña parte, de esa uniformación general las provincias forales del Norte por efecto de las guerras carlistas.

A este centralismo odioso se ha querido oponer un autonomismo regional que linda en muchos casos con el separatismo (el hoy llamado «Estado de las Autonomías»), pero siempre sobre la base del Estado liberal o democrático. La tesis de Mella en aquel discurso fue que ese autonomismo sobre la base del régimen individualista de partidos políticos, lejos de crear una contención al absolutismo centralista, no hace sino multiplicarlo y acercar su peligrosidad a las víctimas definitivas, que son los individuos y las familias.

El autonomismo actual cree que el centralismo estatal se combate rompiendo o disminuyendo el vínculo de las regiones (o «autonomías) con el poder central y transfiriendo a éstas las competencias que eran exclusivas de aquél. Pero la cuestión esencial no reside en eso. Si previamente se ha establecido, con el principio de la democracia inorgánica, que el poder -todo el poder- procede de la llamada voluntad general o sufragio universal, el poder seguirá estando en los partidos políticos (o en los políticos de profesión) que son quienes organizan y se benefician del sufragio. Y los partidos -cualquiera sea su signo- coinciden siempre en ampliar su poder e influencia eliminando o cercenando las autonomías inferiores (municipios, corporaciones, familias) que puedan oponer un límite a su indefinida expansión. Con lo cual en cada autonomía regional se creará inmediatamente un nuevo centralismo análogo pero más dañino por su cercanía que aquel de que se había partido. Porque la verdadera «soberanía social» (en lenguaje de Mella), que debe oponerse al absolutismo de la «soberanía política», estaba hecha en régimen tradicional de costumbres y de fueros, de hábitos de autogobierno y de libertad, tanto municipales como laborales, que los pueblos defendían como su patrimonio propio, intangible. («privilegios» en sentido despectivo para los liberales). Si todo esto se anula o destruye, el camino está abierto para la expansión indefinida del centralismo uniformista, sea regional o estatal.

Como dijo Mella en aquel discurso de Bilbao: «Si pudiera darse un descuajamiento del Estado actual en varias autonomías, el problema centralista volvería a darse en cada una de ellas. La Autonomía separada con relación a lo que existía, ¿afirmaría y establecería una jerarquía social, el municipio autárquico, las comarcas libres? Podéis asegurar que, por ejemplo, una Cataluña formando Estado aparte no se habría descentralizado más que con relación al Estado de que se había separado: dentro del nuevo surgiría una concentración de poder nueva que aplastaría dentro de sí el principio autonomista. Se trataría sólo de una siembra de centralismos en todo análogos a aquel de que se partió».

La confirmación patente de aquella profecía de Mella la tenemos hoy ante nuestros ojos. Tomemos como ejemplo el caso de Navarra, la región que hasta la «transición democrática» conservó -debido a su régimen foral- los mayores restos restos de autonomía jurídica y administrativa. Hasta esa década de los setenta los Ayuntamientos de Navarra poseían, y ejercían, la facultad de elegir a los funcionarios que a sus respectivas comunidades iban a ser destinados. Maestro, médico, farmacéutico, veterinario, secretario municipal, eran elegidos libremente por el municipio entre aquellos solicitantes que hubieran obtenido plaza en los previos concursos u oposiciones provinciales o nacionales. La elección se realizaba por informe o recomendación del algún vecino que conociera al funcionario o facultativo y que se responsabilizara lógicamente de su informe. La seriedad de tales informes solía venir garantizada por el temor del recomendante a verse reprochado por sus convecinos día a día y quizá durante décadas.

Las ventajas de este sistema de designación eran evidentes, aunque no gustase a los profesionales. El designado llegaba a su puesto con una actitud de gratitud al informante a quien no debía defraudar, de respeto y gratitud también al municipio o comunidad que le había otorgado su confianza. Cuando, en cambio, el designado viene parachutado desde la capital, sin consulta ni conocimiento a veces de la autoridad local, suele llegar al pueblo con cierto desdén hacia el mismo, al que considera a menudo inferior cualitativa o cuantitativamente a sus propios merecimientos profesionales.

Pues bien: durante las dos últimas décadas, una a una, todas esas competencias han sido sustraídas a los Ayuntamientos cuyos funcionarios vienen hoy designados por Boletín Oficial (incluso el cartero local). Quizá sólo les reste el de alguacil municipal. Todas esas libertades municipales, base de un verdadero autonomismo local se han ido perdiendo en nombre precisamente de «las libertades democráticas recuperadas» y del «Estado de las Autonomías». Absorbidas por la Diputación (Foral), hoy «Gobierno de Navarra», esta nueva centralización ha surgido ¿en beneficio de quién? Sin duda de los políticos profesionales y de los partidos cuyo clientelismo se acrece a costa de la libertad y la autonomía de los pueblos.



Rafael Gambra

lunes, 24 de septiembre de 2007


Esta findesemana os veciños de Cambre volveron a movilizarse frete o proxecto de AVE Betanzos-Coruña, un tramo que amenaza a riqueza ecoloxica das Fragas de Cecebre.

Dende aquí os nosos ánimos os veciños.



¡¡MONTE CEIBE!!

jueves, 20 de septiembre de 2007

Los liberales polacos ponen en peligro la amplia mayoría de derechas

En Polonia se va a vivir la campaña electoral más “dura y brutal” desde la caída del Comunismo, según auguran los analistas políticos, después de que el Parlamento anunciase la pasada semana su disolución y la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 21 de octubre.

La convocatoria de lecciones anticipadas ha sido provocada por los liberales de Plataforma Ciudadana (PO), partido que perdió el primer lugar en el parlamento polaco en las últimas elecciones, al conseguir sólo 133 escaños, en favor del conservador Ley y Justicia (PiS) de los hermanos Kaczynski, que cuentan con 152 escaños.

El conservador PiS, ha enfocado su campaña en orden a evitar que la izquierda se recupere en Polonia, denunciando la connivencia de muchos de sus actuales miembros con la dictadura comunista. El ejecutivo polaco ha anunciado la publicación de un informe sobre las actividades ilícitas de los servicios secretos durante los años 80 y 90, lo que seguro va a poner en aprietos a muchos miembros de la oposición, sobre todo de la izquierda polaca, que durante aquellos años ocupó el gobierno del país con Aleksander Kwasniewski a la cabeza.

Y mientras conservadores y derecha social intentan evitar la resurrección de la izquierda, la formación liberal Plataforma Ciudadana (PO), se dedica a arremeter sin límites contra los gemelos Kaczynski, con un eslogan electoral que no ha sentado nada bien: “Cuando Ley y Justicia gobierna, los polacos se avergüenzan”. Según el liberal Bogdan Zdrojewski, el “verdadero drama” es la “sensación de vacío y pérdida de tiempo que han dejado los dos años de gobierno conservador”.

Por su parte el PiS ha reaccionado por boca de Joachim Brudzinski, que ha afirmado que “este es el lenguaje despiadado de los liberales, un lenguaje perdido y sin principios”, en alusión a su falta de sensibilidad social y de compromiso con los principios católicos predominantes en al sociedad polaca. Por otro lado el PiS denuncia los intereses capitalistas de los liberales. “No sabemos de dónde proviene el 90 por ciento de los fondos para sufragar su campaña, y eso es preocupante”, insiste Brudzinski, para quien la política de los liberales siempre está “irremisiblemente ligada” a los intereses de la “oligarquía económica”, a los que luego “deben de rendir cuentas”.

También desde la izquierda se ataca con fuerza a los conservadores, sobre todo desde la formación del ex presidente Kwasniewski, (Alianza de Izquierda Democrática) que con 56 escaños es la fuerza “progresista” con más representación en el Parlamento. Quien en una entrevista publicada en una revista germana, sugería que Alemania debería de actuar si los gemelos Kaczynski ganasen estos comicios. “Sería una provocación para la UE y para la propia Alemania si volviesen a ganar”, señalaba Aleksander Kwasniewski en la entrevista, lo que le ha valido críticas desde todos los partidos e incluso acusaciones de traición al país.

Si se cumplen las previsiones de las últimas encuestas, el partido de los hermanos Kaczynski volverá a ganar en las urnas por un estrecho margen, lo que podría volver a impedirles desarrollar su programa político al contar tan solo con el apoyo de la Liga de las Familias Polacas (LPR) para garantizar la gobernabilidad de Polonia, teniendo en contra las continuas zancadillas de los liberales y la oposición de izquierdas de los ex comunistas de la Alianza de Izquierda Democrática (SDL) y el Partido del Campesino Polaco (PSL).

martes, 18 de septiembre de 2007

La batalla de Viena de 1683: la civilización se salva del peligro islámico


El 12 de septiembre la Iglesia católica celebra la fiesta del Santo Nombre de María. Pocos sabrán que esta fiesta se instituyó para dar gracias a la Santa Madre de Dios de haber preservado Viena (y con esta ciudad, toda la Europa cristiana) de la conquista musulmana a mano de las tropas otomanas. En efecto, el 12 de septiembre de 1683 una alianza de los príncipes cristianos y de católicos y protestantes (impulsada por la Santa Sede), bajo el patrocinio de la Santa Madre de Dios y con el auxilio espiritual del beato capuchino Marco de Aviano, da la victoria a las tropas cristianas sobre el ejército otomano cuando, el día anterior 11 de septiembre, todo parecía perdido.

La coincidencia de las fechas (11 de septiembre de 1683 y 11 de septiembre de 2001, martes negro en el cual se produjo la declaración de guerra asimétrica contra Occidente por parte del islam ultra-fundamentalista) debería llevarnos más que nunca a reflexionar acerca de cómo reaccionaron nuestros antepasados frente a un mismo peligro: el zarpazo violento del islam. Es evidente que muchas cosas han cambiado desde entonces y que, limitándonos sólo al campo islámico, ya no tenemos enfrente a un califa bajo cuyo mando se coaligan todas las fuerzas musulmanas, sino que asistimos a una guerra civil intra-islámica en la cual se dan batalla por el liderazgo una serie de corrientes (progresista, conservadora, tradicionalista, fundamentalista y ultra-fundamentalista) que como en el caso de las tres primeras guerras civiles europeas (la primera, segunda y tercera guerra mundial – esta última denominada “Guerra Fría”) involucra a todo el planeta teniendo en cuenta el peso demográfico del islam (más de mil millones de creyentes) y sus recursos (in primis, el petróleo).

El fin de los que nos atacaron el martes negro del 11 de septiembre de 2001 es la restauración del califato y la conquista islámica del mundo. Para ello necesitan aislar a aquellos gobiernos musulmanes que por “moderados” o simplemente no conformes con su estrategia de yihad global, representan un estorbo a sus proyectos de instauración del califato, de aplicación de la sharia y de conquista del mundo, considerando como obligación moral la de hacerse con armamento de destrucción masiva. De aquí el atentado del 11-S y de todos los demás en tierras cristianas: amilanarnos para que abandonemos a nuestros aliados musulmanes a su suerte.

Pues bien, volviendo a la reflexión anterior acerca de la necesidad de tomar ejemplo del pasado, propongo una breve crónica de lo ocurrido en la épica defensa de Viena de 1683 no sin antes mencionar dos de los elementos clave de su éxito: la unidad de príncipes (con la excepción de Francia) y pueblo cristianos (incluídos los protestantes) y la conciencia firme de la propia identidad cristiana. Dos elementos sin los cuales tampoco hoy podremos ganarle la batalla al secular enemigo.

La batalla de Viena de 1683: la civilización se salva del peligro islámico

El escenario político-militar en la segunda mitad del siglo XVII, el siglo terrible que trastornó y cambió para siempre a Europa, se presenta todo menos que pacífico. La Guerra de los Treinta Años (1618-1648), iniciada como guerra de religión, prosiguió como conflicto entre la Casa reinante francesa de los Borbones y los Habsburgo para quitar a estos últimos la hegemonía sobre Alemania, derivada de la autoridad imperial. Para alcanzar este objetivo el primer ministro francés Armand du Plessis, cardenal duque de Richelieu (1585-1642), inaugurando una política fundamentada en el sólo interés nacional en detrimento de los intereses de la Europa católica, se alía con los príncipes protestantes.

Los Tratados de Westfalia de 1648 sancionan el debilitamiento definitivo del Sacro Imperio Romano en Alemania, asolada y dividida entre católicos y protestantes y fraccionada políticamente, y establece la hegemonía del rey de Francia Luis XIV (1638-1715). El papel predominante alcanzado en Europa empuja al Rey Sol a aspirar a la misma corona imperial y, con esta perspectiva, no duda en buscar la alianza con los otomanos, mostrándose indiferente a todo ideal cristiano y europeo. En las postrimerías del siglo la Europa cristiana está abatida y replegada en sí misma entre divisiones religiosas y luchas dinásticas, mientras la crisis económica y el descenso demográfico, consecuencias de la guerra, completan el cuadro y lo vuelven especialmente vulnerable.

La ofensiva turca

El imperio otomano, que ya había conquistado los países balcánicos hasta la llanura húngara, fue detenido el 1 de agosto de 1664 en su avance por los ejércitos imperiales guiados por Raimundo Montecuccoli (1609-1680) en la batalla de San Gotardo, en Hungría.

Poco tiempo después, empero, bajo la enérgica guía del Gran Visir Kara Mustafá (1634-1683), la ofensiva turca se reanuda, alentada inconscientemente por Luis XIV en su desaprensiva política anti-habsburgo, y se aprovecha de la debilidad en que se hallan Europa y el Imperio.

Sólo la República de Venecia entabla combate con los turcos a lo largo de la costa del Egeo y por cada metro de Grecia y Dalmacia, combatiendo orgullosamente en la que fue su última y gloriosa guerra como estado independiente, que culmina en la caída de Candia en 1669, defendida heroicamente por Francisco Morosini el Peloponesiaco (1618-1694).

Tras Creta, en 1672 la Podolia - parte de la actual Ucrania - es sustraída a Polonia y en enero de 1683, en Estambul, los estandartes de guerra son orientados hacia Hungría y un inmenso ejército se pone en marcha hacia el corazón de Europa, bajo la guía de Kara Mustafá y del sultán Mehmet IV (1642-1693), con la intención de crear una gran Turquía europea y musulmana con capital en Viena.

Las pocas fuerzas imperiales - apoyadas por milicias húngaras guiadas por el duque Carlos V de Lorena (1643-1690) - tratan inútilmente de resistir. El gran caudillo al servicio de los Habsburgo toma el mando a pesar de estar todavía convaleciente de una grave enfermedad que lo había llevado al umbral de la muerte, de la cual - se dice - lo salvaron las oraciones de un padre capuchino, el venerable Marco da Aviano (1631-1699). El religioso italiano, enviado por el Papa ante el Emperador e infatigable predicador de la cruzada anti-turca, aconseja que todas las insignias imperiales lleven la imagen de la Madre de Dios. Desde entonces las banderas militares austriacas mantendrán la efigie de la Virgen a lo largo de dos siglos y medio, hasta el momento en que Adolfo Hitler (1889-1945) las hizo retirar.

Las "campanas de los turcos"

El 8 de julio de 1683 el ejército otomano se desplaza de Hungría a Viena, llegando el 13 de julio e iniciando su sitio. Durante el recorrido fueron asoladas las regiones por las que pasó dicho ejército, que saqueó ciudades y aldeas, destruyendo iglesias y conventos, masacrando y esclavizando a las poblaciones cristianas.

El emperador Leopoldo I (1640-1705), tras haber confiado el mando militar al conde Ernst Rüdiger von Starhemberg (1638-1701), decide abandonar la ciudad y alcanzar Linz para organizar desde allí la resistencia de los pueblos germánicos contra el tremendo peligro que se cernía sobre ella.

En el imperio tocan a rebato las "campanas de los turcos", como ya había ocurrido en 1664 y en la centuria anterior, y comienza la movilización de los recursos imperiales, mientras el emperador teje febrilmente negociaciones para convocar a todos los príncipes, católicos y protestantes, iniciativa que fue torpedeada por Luis XIV y por Federico Guillermo de Brandenburgo (1620-1688), y solicita la inmediata intervención del ejército polaco, invocando el supremo interés de la salvación de la Cristiandad.

El Papa Inocencio XI

En este trance dramático da sus frutos la política europea y oriental alentada desde hacía años por la Santa Sede, sobre todo gracias al cardenal Benedetto Odescalchi (1611-1689), elegido Papa con el nombre de Inocencio XI en 1676 y beatificado en 1956 por el Papa Pío XII (1939-1958).

Custodio convencido del gran espíritu cruzado, el Pontífice, que como cardenal gobernador de Ferrara se había ganado el título de "padre de los pobres", promueve una política previsora orientada a crear un sistema de equilibrios entre los príncipes cristianos para encauzar su política exterior contra el imperio otomano. Sirviéndose de hábiles y decididos ejecutores, como los nuncios Obizzo Pallavicini (1632-1700) y Francisco Buonvisi (1626-1700), el venerable Marcos de Aviano y otros, la diplomacia pontificia media y concilia entre las diferencias europeas, logrando la paz entre Polonia y Austria, favoreciendo la aproximación con el Brandenburgo protestante y con la Rusia ortodoxa, e incluso defendiendo los intereses de los protestantes húngaros frente al episcopado local, dado que todas las divisiones de la Cristiandad tenían que desvanecerse frente a la defensa frente al Islam. No obstante los fracasos e incomprensiones, en el "año de los turcos", 1683, el Papa consigue ser el alma de la gran coalición cristiana, consiguiendo dinero en toda Europa para financiar a las tropas de los grandes y pequeños príncipes y pagando personalmente un destacamento de cosacos del ejército de Polonia.

El cerco

Mientras tanto, en Viena, invadida por los exiliados, se consuma el vía crucis del cerco, que la ciudad soporta heróicamente. 6.000 soldados y 5.000 hombres de la defensa cívica se oponen, aislados del resto del mundo, al inmenso ejército otomano, armado con 300 cañones. Todas las campanas de la ciudad son reducidas al silencio excepto la de San Esteban, llamada Angstern, "angustia", que con sus incesantes tañidos convoca a los defensores. Los asaltos contra los baluartes y los enfrentamientos cuerpo a cuerpo son diarios y cada día puede ser el último, mientras los socorros están todavía lejos. Inducido por el Papa y por el emperador, a la cabeza de un ejército, se desplaza a marchas forzadas hacia la ciudad sitiada el rey de Polonia Juan III Sobieski (1624-1696), que ya por dos veces había salvado Polonia de los turcos. Finalmente, el 31 de agosto se une con el duque Carlos de Lorena, que le otorga el mando supremo y, cuando se le reúnen todos los contingentes del imperio, el ejército cristiano se pone en marcha hacia Viena, donde la situación es extremadamente dramática. Los turcos han abierto brechas en las murallas y los defensores supervivientes, tras haber rechazado dieciocho ataques y realizado veinticuatro salidas, están exhaustos, mientras los jenízaros atacan, encendidos por sus predicadores y los jinetes tártaros recorren Austria y Moravia. El 11 de septiembre Viena vive con angustia la que parece su última noche y von Starhemberg envía a Carlos de Lorena su último mensaje desesperado: "No perdáis más tiempo, clementísimo Señor, no perdáis más tiempo".

La batalla

Al amanecer del 12 de septiembre de 1683 el venerable Marcos de Aviano, tras haber celebrado Misa ayudado por el rey de Polonia, bendice al ejército en Kalhenberg, cerca de Viena: 65.000 cristianos se enfrentan en una batalla campal contra 200.000 otomanos.

Están presentes con sus tropas los príncipes del Baden y de Sajonia, los Wittelsbach de Baviera, los señores de Turingia y de Holstein, los polacos y los húngaros, el general italiano conde Enea Silvio Caprara (1631-1701), además del joven príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736), que recibe su bautismo de fuego.

La batalla dura todo el día y termina con una terrible carga al arma blanca, guiada por Sobieski en persona, que pone en fuga a los otomanos y concede la victoria al ejército cristiano: éste sufre solamente 2.000 pérdidas contra las más de 20.000 del adversario. El ejército otomano se da a la fuga en desorden, abandonando todo el botín y la artillería y tras haber masacrado a centenares de prisioneros y esclavos cristianos. El rey de Polonia envía al Papa las banderas capturadas acompañándolas con estas palabras: "Veni, vidi, Deus vincit". Todavía hoy, por decisión del Papa Inocencio XI, el 12 de septiembre está dedicado al Santísimo Nombre de María, en recuerdo y en agradecimiento por la victoria.

Al día siguiente el emperador entra en Viena, alegre y liberada, a la cabeza de los príncipes del Imperio y de las tropas confederadas y asiste al Te Deum en acción de gracias, oficiado en la catedral de San Esteban por el obispo de Viena-Neustadt, luego cardenal, el conde Leopoldo Carlos Kollonic (1631-1707), alma espiritual de la resistencia.

El retroceso del Islam

La victoria de Kalhenberg y la liberación de Viena son el punto de partida para la contraofensiva dirigida por los Habsburgo contra el imperio otomano en la Europa danubiana, que conduce, en los años siguientes, a la liberación de Hungría, de Transilvania y de Croacia, dando además la posibilidad a Dalmacia de seguir siendo veneciana.
Es el momento en el que se manifiesta con mayor fuerza la grandeza de la vocación y de la misión de la Casa de Austria en la redención y la defensa de la Europa sur-oriental. Para realizarla moviliza bajo las insignias imperiales los recursos de alemanes, húngaros, checos, croatas, eslovacos e italianos, asociando venecianos y polacos, construyendo aquel imperio multiétnico y multirreligioso que dará a la Europa Oriental estabilidad y seguridad hasta 1918.

La gran alianza, que consigue tomar vida en el último momento merced al Papa Inocencio XI, recuerda la empresa y el milagro realizados un siglo antes gracias a la obra del Papa san Pio V (1504-1572) en Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Por el giro impreso a la historia de Europa Oriental, la batalla de Viena puede ser comparada a la victoria de Poitiers en 732, cuando Carlos Martel (688-741) detiene el avance de los árabes. Y la alianza que en 1684 es ratificada con el nombre de Liga Santa registra un acuerdo único entre alemanes y polacos, entre imperio y emperador, entre católicos y protestantes, alentada e impulsada por la diplomacia y por el espíritu de sacrificio de un gran Papa, encaminado a la consecución del objetivo de la liberación de Europa de los turcos.

En aquel año se realiza una hermandad de armas cristiana que da lugar a la última gran cruzada que, tras la victoria y desaparecido el peligro, fue pronto olvidada, con lo que, tras Viena, en Europa las "campanas de los turcos" callan para siempre.

Renato Cirelli

lunes, 17 de septiembre de 2007

Brutalidad policial.


En este enlace ( http://vlaamsbelang.be/files/islammanifestatie.wmv )podreis ver la actuación desmedida de la policia belga contra un grupo de eurodiputados del grupo Identidad Tradición Soberania (ITD), que se manifestaban pacificamente contra el proceso de islamización de Europa.

Sorprende (o no) este celo policial contra los eurodiputados patriotas cuando el integrimo islmico y el terrorimo izquierdista campea a su anchas en esta complaciente Europa.

El grupo europarlamentario ITD nace este mismo año y está presidido por elmiembro del Frente Nacional francés Bruno Gollnisch. La composición del grupo es la siguiente:

7 miembros del Frente Nacional francés (entre ellos Le Pen).
2 miembros italianos, uno de ellos la nieta del Duce, Alexandra Mussolini.
3 miembros belgas del Vlams Belang.
1 miembro independiente del sur de Inglaterra.
1 miembro del Partido Autriaco por la Libertad.
5 miembros de la Gran Rumania.
1 miembro de Ataka bulgaro.

Autores Tradicionalistas.


I. Los enemigos de la Ilustración

1.
Narciso Feliú de la Peña (?-1710)
2. Juan Pablo Forner (1756-1797)
3. Fray Fernando de Zevallos (1732-1802)

II. La crisis del antiguo régimen en España (1800-1840): del Realismo al Carlismo

4.
El Manifiesto de los Persas
5. Fray Magín Ferrer (1792-1807)
6. Francisco Alvarado, el Filósofo Rancio (1756-1814)
7. Fray Rafael Vélez (1777-1850)
8. El doctor Vicente Pou
9. Mariano Roquer

III. Los grandes polígrafos tradicionalistas de mitad del siglo XIX

10.
Jaime Balmes
11. Juan Donoso Cortés

IV. El discurrir del Tradicionalismo por la segunda mitad del siglo XIX

12.
Pedro de la Hoz
13. Gabino Tejado
14. A. J. de Vildósola
15. Antonio Aparisi y Guijarro
16. Vicente Manterola
17. Ramón Nocedal y Romea
18. Enrique Gil y Robles

V. Los regionalistas

19.
José Torras y Bages
20. Alfredo Brañas

VI. La teorización mellista

21.
Juan Vázquez de Mella

VII. El catolicismo social

22.
Salvador Minguijón
23. Severino Aznar

VIII. Hacia el redescubrimiento de la Tradición

24.
Ramiro de Maeztu

IX. La renovación del Tradicionalismo en el primer tercio del siglo XX

25.
Acción Española
26. Eugenio Vegas Latapié

X. La pervivencia del Carlismo y sus escuelas

27.
José Roca y Ponsa
28. Víctor Pradera
29. Manuel Senante y Fabio


XI. El Tradicionalismo contemporáneo: Tradición humana y comunidad política (I)

30.
Rafael Gambra
31. Manuel de Santa Cruz
32. Miguel Ayuso

XII. El Tradicionalismo contemporáneo: los trascendentales del ser (II)

33.
Vicente Marrero

XIII. El Tradicionalismo contemporáneo: hacia una historia de la literatura política en Las Españas (III)

34.
Francisco Elías de Tejada

XIV. El Tradicionalismo contemporáneo: la teología de la historia (IV)

35.
Francisco Canals
36. Cristiandad

XV. El Tradicionalismo contemporáneo: el Derecho público cristiano (V)

37.
Juan Vallet de Goytisolo
38. Verbo

XVI. El Tradicionalismo contemporáneo: un Tradicionalismo original (VI)

39.
Luis Hernando de Larramendi Ruiz
40. Ignacio Hernando de Larramendi Montiano

XVII. El Tradicionalismo contemporáneo: una constelación variadísima (VII)

41.
Leopoldo Eulogio Palacios
42. Gonzalo Fernández de la Mora
43. Álvaro d’Ors
44. Blas Piñar López


viernes, 14 de septiembre de 2007

El Pazo de Meirás y los comisarios politicos.


Que la izquierda y el nazionalismo se nutre del resentimiento es algo que no se le escapa a nadie. Y toda su fuerza se basa en cultivar el odio en el corazón de la gente (las malvados capitalistas que os explotan y se quedan con vuestro dinero, etc.). Pero ese resentimiento, cuando el objeto del mismo es, como en el caso de Francisco Franco, alguien que les ha hecho morder el polvo con todas las de la ley, entonces el odio se torna odio eterno y rencor ilimitado.

Y contra Franco existe una cruzada que trata de borrar sus huellas históricas, con la más bárbara, ignorante e inculta de las campañas. Una campaña que no intenta clarificar la historia del franquismo sino borrarla, o a lo mucho emborronarla.

Y ahora, oh felicidad del resentimiento de la izquierda y el nazionalismo, han descubierto algo vivo en lo que golpear y el pretexto es el Pazo de Meiras.



El Pazo de Meirás, o Torres de Meirás, está situado en la parroquia del mismo nombre, en el termino municipal de Sada

Este Pazo está vinculado a doña Emilia Pardo Bazán y su familia. En tiempos de doña Emilia Meirás era simplemente una granja que fue construida sobre las ruinas de unos edificios destruidos por los franceses en 1809. En un momento dado de la vida de doña Emilia había reunido cierta cantidad por la venta de su obra y una herencia recibida por su madre, la viuda y condesa de Pardo Bazán, y con ese dinero iniciaron y terminaron un edificio que imitaba un castillo de línea neorománica. En ese lugar de descanso tenia doña Emilia su biblioteca. Una biblioteca que permaneció en Meirás incluso cuando el edificio pasó a la familia Franco Polo. Pero, hace ya tiempo que la familia Franco ha cedido la biblioteca de doña Emilia a la Real Academia Gallega.

Doña Emilia murió en 1921 y sin herederos. Y en 1939 el Pazo fue adquirido con un dinero reunido por suscripción popular para regalárselo al Caudillo . Y este lo aceptó teniendo en cuenta el origen del dinero, anónimo y de todo el pueblo gallego, y el sentido afectivo que le acompañaba.


Por tanto, la compra de Meirás se debe a una suscripción popular y su origen es, por tanto privado, y fue donado personalmente a Franco, que también personalmente aceptó. Por tanto, el Pazo es propiedad de la familia y ahora, concretamente, de su hija, doña Carmen Franco Polo.

Sin embargo, desde que Galicia tuvo la desgracia de tener un gobierno autonómico Nacional Socialista se está intentando buscar una fisura por la que hacer la vida imposible a la familia Franco.

Ahora bien, la peculiaridad del Nacional Socialismo es que eso de expropiar les encanta. El problema es que en España todavía está protegida la propiedad privada y por tanto cualquier expropiación, por desvergonzada que sea, hay que justificarla.

¿Cómo justificar expropiar el Pazo de Meirás a pesar de ser propiedad privada de la familia Franco desde hace casi 70 años? Muy sencillo, pensó uno de los teóricos del nacionalsocialismo, declarando a Meiras BIC. O sea, Bien de Interés Cultural. Con ello no se logra expropiar el pazo, pero se logra algo mucho mejor: hacer la vida imposible a los legítimos propietarios. La Consellería de Cultura es el órgano que tiene la competencia para declarar el pazo y sus nueve hectáreas de terreno bien de interés cultural, lo que obligaría a la familia Franco a abrirlo para visitas cuatro días al mes, y a facilitar el acceso de las autoridades competentes para garantizar su conservación. Y sobre todo este último punto permitiría a la Consellería controlar hasta cuantas veces pisan los habitantes de la casa en una determinada baldosa


El proceso ya está en trámite. Y el escándalo mediático de la semana es porque un equipo técnico de la Consellería intentó entrar en Meirás para levantar acta técnica previa a la declaración de BIC, y sus propietarios ,con buen sentido, se lo impidieron. Pero ahora se habla de que podrían recibir una multa de 60.000€. Es decir, la policía para entrar en una casa necesita una orden del juez. Pero, en cambio los chicos de la Consellería pretenden entrar porque les da la gana, y si se lo impides te meten una multa de 60.000€.

Meirás va a ser declarado como BIC, pero no tiene el menor valor artístico (es neorromántico del XIX) y el único valor histórico es que en él ha vivido Emilia Pardo y la Familia Franco… Que Pardo Bazán haya vivido en Meirás no merece demasiada atención, y que haya vivido la familia Franco es precisamente lo que ocurre ahora. Con la peculiaridad de que lo que les molesta es que sigan viviendo en la casa de su propiedad.

Y mientras tanto, docena de edificios románicos de Galicia se están viviendo literalmente abajo porque la autonomía no tiene dinero para mantener en pie iglesias y similares. Pero lo más gracioso de la historia es que la conserjería responsable se llama de Cultura, cuando debería llamarse Alto Comisariado Político.


miércoles, 12 de septiembre de 2007


El pasdo dia 8 se celebraba el centenario de la encíclica Pascendi Domini Gregis promulgada por San Pio X, donde se condenaban los errores Modernistas.
En el último número de la revista Verbo (455-456) publica las actas de la XLIV Reunión de Amigos de la Ciudad Católica, celebrada el 12 de mayo en Madrid bajo el título: "La devastación modernista: En el centenario de la Pascendi". En ellas se analizan la influencia del modernismo en la filosofía y teología católicas, así como sus dos fundamentales errores: el agnosticimos y el inmanentismo.

Aquellos que quieran adquirir este número de la revista Verbo que se dirigan a la Fundación Speiro (tlf. 91447 32 31)

lunes, 10 de septiembre de 2007

El último régimen feudal de Europa


El honorable parlamento, tres cuartos de cuyos miembros ostentan escaño por linaje familiar, ha tenido que convocar un referéndum para introducir en el país los usos democráticos. Lo impone la Unión Europea. Hablamos de la Isla de Sercq (en inglés, Sark), cinco kilómetros cuadrados en el Canal de La Mancha, frente a Normandía. Sus seiscientos habitantes tendrán que decidir si siguen las imposiciones de Bruselas o si, por el contrario, se mantienen como el último régimen feudal de Europa. El Seignour de Sercq, John Michael Beaumont, no ha dicho ni mu. El Senescal, presidente del parlamento, anuncia el referéndum para 2011. No tienen prisa. Allí el tiempo corre de otra manera.

El parlamento de la isla anglonormanda de Sercq (en inglés, Sark) ha votado para que se celebre un referéndum sobre la conveniencia (o no) de adoptar la democracia en el país. El referéndum, en todo caso, no se celebrará hasta 2011, porque en Sercq no hay prisas. Nunca las ha habido. Es el último régimen feudal de Europa y, hasta ahora, les ha ido muy bien.

Este parlamento está compuesto por cincuenta y dos miembros que pertenecen a dos estamentos. Cuarenta son los “tenientes”, los propietarios de tierras, que ocupan sus escaños por descender de los cuarenta linajes originales de la isla. Los otros doce son los “conserjes”, el estado llano, elegidos por los habitantes no propietarios.

Lo que este referéndum planteará es si todos los parlamentarios deben ser elegidos en sufragio directo, acabando así con el privilegio de los “tenientes”. Quienes deben tomar tal decisión son los ciudadanos de Sercq: seiscientas personas. Mientras tanto, el parlamento decidió también implantar un periodo de transición durante el cual se modificará la composición de la cámara: a partir del año que viene sólo habrá 28 miembros; los conserjes seguirán siendo doce, pero los tenientes reducirán su número a dieciséis.

Estas medidas de “progreso” no han sido decididas por los seiscientos ciudadanos, sino que vienen impuestas por la Unión Europea. En efecto, Bruselas considera que el sistema político de Sercq infringe la legislación comunitaria sobre derechos humanos. Los humanos que habitan en Sercq nunca se lo habían planteado así, pero no es cosa de enfrentarse a la Unión. El Senescal Reg Guille, presidente del Parlamento, se ha manifestado “aliviado” por la decisión del parlamento serqués: “Ahora podremos avanzar y concentrarnos sobre temas igualmente importantes para la salud financiera de la isla”, ha declarado a la AFP. En efecto, si el referéndum decide que el parlamento sea enteramente elegido por sufragio, Sercq entrará en el área de la Convención Europea sobre derechos humanos. El problema se planteará si los ciudadanos de Sercq deciden, democráticamente, que no.

Sólidas tradiciones

La situación político-institucional de Sercq es compleja. Estas islas anglonormandas, en el canal de La Mancha, dependen directamente de la Corona británica, pero no pertenecen ni al Reino Unido ni a la Unión Europea, sino que el dominio del rey de Inglaterra se ejerce a través de su título de Duque de Normandía. Bajo su autoridad, el gobierno de la isla es cosa del Señor (Seignour) de Sercq, soberano insular, que desde 2005 es John Michael Beaumont, hijo y sucesor de Sybill Hathaway, anterior Dama de Sercq.

Con una superficie de cinco kilómetros cuadrados, Sercq es la más pequeña de las cuatro grandes islas del canal de La Mancha: Jersey, Guernesey, Alderney y Sercq (o Sark). Aunque internacionalmente pertenece a la Corona británica y judicialmente depende de la Corte de la vecina Guernesey, Sercq es institucionalmente el estado independiente más pequeño de la Mancomunidad Británica de Naciones y el último bastión del feudalismo en Occidente. La singular condición de Sercq se remonta a 1565, cuando la reina Isabel I, la llamada “reina virgen” (“virgen por delante y mártir por detrás”, según decían los españoles de aquel procaz siglo XVI), ofreció la isla a un aristócrata de Jersey, llamado Hélier de Carteret, para que la colonizara y la protegiera de los piratas. Las leyes del lugar no han cambiado mucho desde entonces.

Sercq (o Sark) vive, esencialmente, del turismo. Su población estable de 600 habitantes se duplica durante el verano. En la isla está prohibido usar vehículos de motor: sólo se puede transitar en bicicletas, coches de caballos y tractores. Decimos “la isla” pero, en realidad, son dos: la Gran Sark (al norte) y la Pequeña Sark (al sur), conectadas por un estrecho y alto istmo que mide tres metros de ancho y se eleva noventa y dos metros sobre el nivel del mar. En 1900 hubo que poner pasamanos de protección en este pasadizo natural: hasta esa fecha los niños tenían que cruzar de una isla a otra arrodillados, para evitar que el viento los arrojara al mar. Hoy ese pasadizo está surcado por una práctica carretera de hormigón: fue construida por los alemanes, que ocuparon la isla durante la segunda guerra mundial.

jueves, 6 de septiembre de 2007



Nos informa la Cigueña que ya está convocada una nueva edición del Arromaxe. Esperamos que esta ocasión el señor Arzobispo de Santiago Don Julián Barrio tome medidas contra los sacerdotes que participan ya no en escesos litúrgicos sino hechos sacrilegos y blasfemos. Y no como acostumbra, nos obsequie con uno más de sus silencios frente al escándalo.
Por otra parte sería interesnate saber si los sacerdotes diocesanos que deseen acojerse al Mottu Propio que liberaliza el Rito del Beato Juan XXIII, encontraran las mismas facilidades y compicidades eclesiales que los curas del Arromaxe.

En este blog con las fotos colgadas, queremos haceros participes del contraste entre el Arromaxe de Crentes y la Misa Solemne celebrada en la Casa de la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina, en Pontevedra. Una imagen en este caso dos, valen más que mil palabras.